El poeta, artista gráfico, fotógrafo, muralista y activista político estadounidense, Carlos Cortez (1923-2005), solía pregonar que "el objetivo se alcanza convirtiendo cada paso en una meta y cada meta en un paso".  El artista político, altamente influyente, hijo de padre indio-mexicano y madre alemana, también divulgaba que "el éxito de la vida no está en vencer siempre, sino en no desanimarse nunca". Esto último es de autoría anónima. Pero, quizás, apelaba a estos pensamientos porque decían que él era más conocido por sus grabados -en madera y linóleo activo- que por su militancia -durante seis décadas- en la organización Trabajadores Industriales del Mundo (IWW, según sus siglas en inglés). 

Los avatares
Además, ambos conceptos definen con elocuencia y realismo, el nacimiento, la trayectoria, las desactivaciones, las reaperturas y el presente de los trascendentes talleres ferroviarios taficeños.

A comienzos de la década del 60 ese centro fabril, que ocupa un predio de 22 hectáreas con 100.000 metros cuadrados cubiertos y contiguo a la estación homónima del troncal C del Ferrocarril Central Norte, fue considerado como el mejor taller ferroviario de Sudamérica. Incluso, según la historial documental, unas 5.663 personas llegaron a trabajar entre 1950 y 1953.

"En la actualidad la planta permanente la conforman 109 personas", indicó el ingeniero Malsenido, reincorporado en 1994.

"La lucha y el esfuerzo es constante para mantener abierto y también crecer en ese ámbito", afirmó el actual titular de la factoría ferroviaria, el ingeniero industrial Oscar Guzmán. Pero eso es historia reciente. Porque la trayectoria de los talleres ferroviaria es extensa y centenaria. Los orígenes de esta obra grandiosa, que ejecutó la empresa Luis Stremiz y Cía -que era de origen italiano y no alemán como usualmente se cree-, se remonta a la Ley 4064, de 1902. "Si bien es cierto la construcción no está explícitamente contemplada en ella, en algún lugar de conveniencia de los Pliegos de Condiciones de la licitación del Ferrocarril Central Norte prolongación a Bolivia -según las Memorias del Ministerio de Obras Pública de la Nación, de julio de 1901 a octubre de 1904-, se estableció que formaba parte del contrato la construcción de los talleres necesarios para esos ferrocarriles. Estos se construirían en las inmediaciones de Tafí Viejo (Tucumán) o en otro punto que designaría el Ministerio", consigna un trabajo de investigación de María Beatriz Blanco, de la Facultad de Ciencias Económicas, de la UNT presentado en la XXI Jornada de Historia Económica de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (Buenos Aires).

El 5 de mayo de 1904, el contrato parcial, establecida la cantidad de 931.243,38 pesos moneda nacional oro para la construcción de los talleres taficeños.

"Con el advenimiento de la fábrica ferroviaria -recién a fines de 1912 comenzó a funcionar normalmente con el ingeniero Elías Thomas, como primer jefe de esa dependencia-, llegaron a Tafí Viejo una gran cantidad de inmigrantes. Ellos construyeron sus casas un poco emulando a las que habitaron en sus países de origen. A a raíz de ello el casco original en torno a la fábrica, hacia el lado céntrico, presentaba ese aire de villa europea", comentó Ernesto Juárez Romano, un ex taficeño, de 91 años, hoy radicado en Campo Santo, Salta.

Progreso y capacitación
El continuo crecimiento del ferrocarril en la primera mitad del siglo pasado, hizo necesaria una gran ampliación en los talleres taficeños. Así llegaron a tener unos 100.00 metros cuadrados de superficie cubierta, de las 22 hectáreas de su predio que cruzan 26.000 metros de vías.

También la mano de obra fue adquiriendo alta especialización a través de la Escuela de Artes y Oficios, que se fundó en 1927, que le permitió concretar verdaderos alardes técnicos. Entre ellos no sólo construyeron el "tren presidencial" sino también series de coches de pasajeros de distintos tipos , de madera o metálicos, además de los aires acondicionado para "El Capillense".

ENTRE ANDENES Y DURMIENTES

- CARGUEROS.- El actual jefe de los talleres de Tafí Viejo, reveló que hasta hace poco tiempo sólo una formación de carga semanal interrumpía la monotonía de la estación taficeña. "Hoy dos cargueros, uno a la mañana (foto de la izquierda), y otro, por la tarde, la atraviesan. Aunque estamos aún lejos, de a poco vamos recuperando el perfil de ciudad ferroviaria", subrayó exhultante el ingeniero Oscar Guzmán.

- ENFERMO CRONICO.- En 1910 el ferrocarril Central Norte era un enfermo crónico que comenzaba a recuperarse, según el ingeniero Ramallo, que había visitado Tucumán. Y parte de la enfermedad se debía a la insuficiencia de talleres para atender la reparación del material rodante.

- VAGONES DE CARGAS.- Hasta 2015 sólo se repararán en Taí Viejo vagones de cargas, en la nave principal (foto de la izquierda). Este año estiman terminar entre 300 y 400 vagones, por lo general cerealeros con tolveras laterales. Y en los próximos dos años debemos superar los 800. El objetivo es transportar 970.000 toneladas de carga por año y en el 2020 alcanzar los 10 millones de toneladas.

- LOS TRABAJOS.- En 1904 comenzó el traslado de los talleres y maquinas que los Ferrocarriles del Estado poseía donde actualmente se emplaza la estación Central Córdoba. Entre los útiles que se trasladan figuran un bastidor y las plantillas de los que serian los futuros coches del Tren Presidencial.

- NORMALIZACION.- A mediados de 1911, y a pesar que la mayor parte de los talleres aún funcionaban en su predio original, en el predio del Central Córdoba, en Tafí Viejo se atendía en forma parcial las necesidades del servicio. La primera producción mensual abarcó hasta cuatro locomotoras reparadas. La radicación definitiva en Tafí, fue en 1910, y normalizada a partir de 1912.